Recuerdo hace algunos años, cuando empecé a escribir, que alguien me dijo que todas mis creaciones literarias eran muy tristes. Yo torcí la cabeza hacia un lado como muestra de mi falta de comprensión y él me dijo: escribe algo alegre antes de que acabe el año (he de mencionar que nos rondaba la Navidad por las esquinas). Me paré a pensar y a leer todo lo que había escrito hasta entonces y... llevaba razón. Todo estaba envuelto en un halo de tristeza que envolvía el corazón.
Esto no puede ser, pensé. Y me lo tomé como un reto. Fue... el Reto de la Alegría. Aquí os lo dejo, en lo más alto. En una nube.
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| Un podólogo de ojos color mar. |
A ser felices.
Isabel Dávila.
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